Monday, March 12, 2012

fragmento del Timeo de Platón
Creación del alma del universo

El dios no pensó en hacer el alma
más joven que el cuerpo, tal como
hacemos ahora al intentar describirla
después de aquél --pues cuando los
ensambló no habría permitido que lo más
viejo fuera gobernado por lo más joven--,
mas nosotros dependemos en gran
medida de la casualidad y en cierto modo
hablamos al azar. Por el contrario, el
demiurgo hizo al alma primera en origen
y en virtud y más antigua que el cuerpo.
La creó dueña y gobernante del
gobernado a partir de los siguientes
elementos y como se expone a
continuación. En medio del ser
indivisible, eterno e inmutable y del
divisible que deviene en los cuerpos
mezcló una tercera clase de ser, hecha de
los otros dos. En lo que concierne a las
naturalezas de lo mismo y de lo otro,
también compuso de la misma manera
una tercera clase de naturaleza entre lo
indivisible y lo divisible en los cuerpos
de una y otra. A continuación, tornó los
tres elementos resultantes y los mezcló a
todos en una forma: para ajustar la
naturaleza de lo otro, difícil de mezclar, a
la de lo mismo, utilizó la violencia y las
mezcló con el ser. Después de unir los
tres componentes, dividió el conjunto
resultante en tantas partes como era
conveniente, cada una mezclada de lo
mismo y de lo otro y de ser. Comenzó a
dividir así: primero, extrajo una parte de
todo; a continuación, sacó una porción el
doble de ésta posteriormente tomó la
tercera porción, que era una vez y media
la segunda y tres veces la primera; y la
cuarta, el doble de la segunda, y la
quinta, el triple de la tercera, y la sexta,
ocho veces la primera, y, finalmente, la
séptima, veintisiete veces la primera.
Después, llenó los intervalos dobles y
triples, cortando aún porciones de la
mezcla originaria y colocándolas entre
los trozos ya cortados, de modo que en
cada intervalo hubiera dos medios, uno
que supera y es superado por los
extremos en la misma fracción, otro que
supera y es superado por una cantidad
numéricamente igual. Después de que
entre los primeros intervalos se
originaran de estas conexiones los de tres
medios, de cuatro tercios y de nueve
octavos, llenó todos los de cuatro tercios
con uno de nueve octavos y dejó un resto
en cada uno de ellos cuyos términos
tenían una relación numérica de
doscientos cincuenta  y seis a doscientos
cuarenta y tres. De esta manera consumió
completamente la mezcla de la que había
cortado todo esto. A continuación, partió
a lo largo todo el compuesto, y unió las
dos mitades resultantes por el centro,
formando una X. Después, dobló a cada
mitad en círculo, hasta unir sus
respectivos extremos en la cara opuesta
al punto de unión de ambas partes entre
sí y les imprimió un movimiento de
rotación uniforme. Colocó un círculo en
el interior y otro en el exterior y proclamó
que el movimiento exterior correspondía
a la naturaleza de lo mismo y el interior a
la de lo otro. Mientras a la revolución de
lo mismo le imprimió un movimiento
giratorio lateral hacia la derecha, a la de
lo otro la hizo girar en diagonal hacia la
izquierda y dio el predominio a la
revolución de lo mismo y semejante;
pues la dejó única e indivisa, en tanto que
cortó la interior en seis partes e hizo siete
círculos desiguales. Las revoluciones
resultantes estaban a intervalos dobles o
triples entre sí y había tres intervalos de
cada clase. El demiurgo ordenó que los
círculos marcharan de manera contraria
unos a otros, tres con una velocidad
semejante, los otros cuatro de manera
desemejante entre sí y con los otros tres,
aunque manteniendo una proporción.
 Una vez que, en opinión de su
hacedor, toda la composición del alma
hubo adquirido una forma racional, éste
entramó todo lo corpóreo dentro de ella,
para lo cual los ajustó reuniendo el centro
del cuerpo con el del alma. Ésta, después
de ser entrelazada por doquier desde el
centro hacia los extremos del universo y
cubrirlo exteriormente en círculo, se puso
a girar sobre sí misma y comenzó el
gobierno divino de una vida
inextinguible e inteligente que durará
eternamente. Mientras el cuerpo del
universo nació visible, ella fue generada
invisible, partícipe del razonamiento y la
armonía, creada la mejor de las criaturas
por el mejor de los seres inteligibles y
eternos. Puesto que el dios la compuso de
estos tres elementos --la naturaleza de lo
mismo,  la  de  lo  otro  y  el  ser--,  la  dividió
proporcionalmente y después la unió,
cuando [el alma], al girar sobre sí misma,
toma contacto con algo que posee una
esencia divisible o cuando lo hace con
algo que la tiene indivisible, dice,
moviéndose en su totalidad, a qué es,
eventualmente, idéntico, de qué difiere o
de  qué  es  relativo  y,  más  precisamente,
cómo y de qué manera y cuándo sucede
que  un  objeto  particular  es  relativo  a  o
afectado por otro objeto del mundo del
devenir o del de los entes eternos e
inmutables. Cuando en el ámbito de lo
sensible tiene lugar el razonamiento
verdadero y no contradictorio sobre lo
que es diverso o lo que es idéntico, que se
traslada sin sonido ni voz a través de lo
que se mueve a si mismo, y cuando el
círculo de lo otro, en una marcha sin
desviaciones, lo anuncia a toda su alma,
entonces se originan opiniones y
creencias sólidas y verdaderas, pero
cuando el razonamiento es acerca de lo
inteligible y el círculo de lo mismo con un
movimiento suave anuncia su contenido,
resultan, necesariamente, el conocimiento
noético y la ciencia. Si alguna vez alguien
dijere que aquello en que ambos surgen
es algo que no sea el alma, dirá cualquier
cosa, menos la verdad.

w w w  .  p  h  i l o  s  o  p h  i a .  c  l  /   E s c u e l a   d e   F i l o  s o  f í a   U n i v e r s i d a d   A R C I S

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